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Por el derecho humano a la filosofía

Actualizado: 23 may 2023

Si algo caracteriza a la filosofía es que obliga a pensar. Si algo distingue al ser humano de otras especies es su capacidad de raciocinio. Irónicamente, en la educación formal se enseña de todo, menos a pensar. El sistema educativo parece estar diseñado para premiar las actitudes sumisas y repetitivas. Generalmente, la alumna o el alumno modelo es aquel que reproduce en el examen los contenidos que le han sido transmitidos por sus docentes. En cambio, suele tener problemas el o la estudiante crítica, que interroga, que no se conforma con lo recibido y que se atreve a tener un punto de vista divergente. Se le empieza a ver como un adolescente problema y, en un buen número de casos, se le remite con el o la psicóloga, aduciendo problemas de conducta.

La educación formal prepara a las y los alumnos para responder satisfactoriamente los exámenes, pero no para resolver los problemas cotidianos que la vida les presenta. El aprendizaje se deshumaniza porque concibe al educando como una máquina que responde a los lineamientos trazados por sus profesores o por el sistema.

Y eso ¿qué tiene que ver con la filosofía? Desde el principio de los tiempos, la filosofía es una actividad liberadora. Una disciplina que crea mentes críticas que siempre se plantean interrogantes y que buscan incansablemente soluciones a los problemas más profundos, más importantes, más humanos. Como dice Tozzi (2008), la actitud filosófica provoca en el sujeto la necesidad de preguntarse y aclararse el sentido y el valor de su existencia.

El pragmatismo que domina en el mundo globalizado, por mucho tiempo desdeñó de la actividad filosófica debido a que esta no aporta riquezas ni resuelve problemas concretos e inmediatos. Sin embargo, la carencia de formación humanística ha dado como resultado un mundo en donde las personas se robotizan cada vez más y son fácil presa de la publicidad engañosa, hedonista, consumista y alienante.

Ante tanto signo de alienación humana, la UNESCO (la oficina de la ONU encargada de la educación y la cultura) llegó a plantear la urgente necesidad de concebir a la filosofía como un derecho humano. En la llamada Declaración de Paris en Favor de la Filosofía se conmina a todos los Estados miembros de la ONU a fortalecer, ampliar o crear los estudios filosóficos en todos los niveles educativos. De esa cuenta, en 2004 la UNESCO produjo un documento titulado Preparación de una Estrategia sobre la Filosofía, en el que se establece:

La filosofía puede ser tenida por una escuela que educa a los seres humanos para alcanzar una libertad intelectual y ética ilustrada, ayudándoles a mejorar sus capacidades de reflexión crítica, formación de juicios independientes, razonamiento y argumentación bien fundados y agudizar la vista para llegar a ser capaces de entender, en lo que sucede en torno a ellos, cuándo está en juego la dignidad humana (UNESCO, 1995).

En ese párrafo se sintetiza la importancia del desarrollo filosófico para todos los seres humanos. La técnica permite manipular el mundo material. La ciencia ofrece soluciones concretas a problemas materiales. Pero la filosofía potencia el desarrollo humano del o de la individua y otorga herramientas intelectuales para la búsqueda de la felicidad a través del diálogo, del consenso y de la solidez moral.



Bibliografía

  • Tozzi, M. (2008). Pensar por sí mismo. Madrid: Popular.

  • UNESCO. (1995). Declaración de París en favor de la filosofía. París: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Obtenido de http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001386/138673s.pdf



 

Si quieres saber más sobre filosofía aplicada a la vida profesional lee nuestro libro "Introducción a la filosofía".





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